“Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”
Albert Einstein
El panorama del sector de los hidrocarburos es sombrío, Se acaba de revelar el reporte anual por parte de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) se titula el reporte del Balance reservas/producción, el cual muestra un panorama sombrío, comprometiendo seriamente el autoabastecimiento del país.
En el encabezado del Boletín expedido por la ANH con motivo de su presentación se dice que “Colombia mantiene un nivel de reservas/producción de petróleo por encima de 7 años”. Lo primero que llama la atención es que se afirme que se “mantiene” el nivel de las R/P de petróleo “por encima de 7 años”, cuando lo relevante es que pasó de 7.5 años en 2023, de por si preocupante, a solo 7.1 en 2024, al pasar sus reservas probadas de 2.073 millones de barriles a 2019, cifra esta que no es para celebrar sino para lamentar. Y si eso ocurre con el petróleo, las cifras del gas natural son peores, pues muestran una mayor caída, al pasar su relación reservas/ producción de 7.2 el año anterior a 6.1 en 2024, pasando sus reservas de 2.82 TPC el año anterior a 2.37 TPC ahora, registrando 0.45 TPC menos!
Las cifras no mienten, lo que muestra este informe de la ANH es que en materia de autoabastecimiento de hidrocarburos se está pasando de castaño a obscuro y ello mientras nos sigue rondando el fantasma de la importación de crudo y de mayores importaciones de gas natural. La única manera de evitarlo es incentivando la exploración mediante la firma de nuevos contratos de exploración y producción y así detener la caída de las reservas incorporándole más barriles a las de petróleo y más gigapies a las de gas y ello solo es posible con más exploración, no se ha inventado otra fórmula y es lo que vienen haciendo en el resto del mundo todos los países que cuentan con prospectos importantes de hidrocarburos.
Según afirmó el Director de la ANH Orlando Velandia, sin restarle importancia a la caída de las reservas de gas natural, “el comportamiento más crítico fue el del gas. Venimos con un decrecimiento de las reservas desde 2017” . Cabe advertir que en este Informe se hace demasiado hincapié en los incrementos entre el anterior reporte y este de los recursos contingentes, en las reservas probables y posibles, como ya lo había hecho la ex ministra Irene Vélez al momento de revelarse un reporte similar a este por parte de la ANH hace un año . Pero, la verdad sea dicha, lo que cuenta a la hora de la verdad son sólo las reservas probadas, pues como dice el adagio popular más vale pájaro en mano que cien volando!
La reacción del Ministro de Minas y Energía Andrés Camacho, ante estas cifras que muestran una clara tendencia de declinación de las reservas de hidrocarburos, saliéndose por la tangente manifestó que de lo que se trata es de “acelerar y sacar adelante una transición energética justa, que permita aprovechar las oportunidades del país para transformar la energía en desarrollo económico” . Y a renglón seguido anunció que se pondría en marcha un plan de “reactivación” del sector de los hidrocarburos mediante la implementación de 15 medidas que se resumen en tres estrategias: la coordinación interinstitucional, la regulación y modernización normativa y la optimización contractual operacional.
A propósito de esta última ya se había anunciado por parte del Ministro en relación con los que identificó como “contratos perezosos”, adelantar la “identificación y clasificación de recursos descubiertos no desarrollados, así como campos sin operación, de contratos y convenios de hidrocarburos vigentes, para diseñar estrategias que permitan su recuperación y comercialidad”, para lo cual planteó que en tales casos ECOPETROL los asumiría para su desarrollo.
Según el diario económico Portafolio, ECOPETROL asumiría los contratos petroleros que no sean ejecutados . Con este anuncio por parte del Ministro de Minas y Energía Andrés Camacho se dio a conocer la expedición, para comentarios, de una Resolución que se propone, según se afirma, evitar los llamados contratos “perezosos”, para el calentamiento y desarrollo de áreas comprometidas en los mismos, en aquellos bloques asignados por parte de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). Se parte de la premisa de que las empresas titulares de los contratos han sido negligentes a la hora de desarrollar los yacimientos a su cargo, lo que llevó en su momento a la ex ministra de Minas y Energía Irene Vélez a decir que “actualmente hay 117 contratos en exploración cuya viabilidad es posible que satisfagan las necesidades a corto plazo del país” . Concluyó diciendo que “los que hay son suficientes” , para justificar su posición de descartar la firma de nuevos contratos.
Atribuyo la motivación del proyecto de Resolución como una forma de activar bloques ya contratados por la ANH asumiendo ECOPETROL la operación de los mismos, en el afán del Ministro Camacho de detener la caída de la producción de crudo en el país y lo que es más importante para él encaminarse a su ambiciosa meta de volver al millón de barriles, sin dar pie atrás a la decisión del Gobierno de no firmar nuevos contratos de exploración y producción de hidrocarburos. Dicho de otra manera, su reemplazo en el cargo asumió como propia la narrativa de la ex ministra Vélez.
De hecho según el Informe de la Agencia internacional de energía, con corte a diciembre de 2023, se estima que la producción de Colombia bajará ligeramente en 2024 frente a la del año anterior, situándose alrededor de los 770.000 barriles y acordes con sus proyecciones para el 2025 la producción será de 710.000 barriles/día, para el 2026 680.000, para el 2027 650.000 y para el 2028 de 620.000 , para una caída del 20.5% con respecto al 2023. Como es obvio, la única manera de revertir esa tendencia es incorporándole barriles a las reservas. La ex ministra Irene Vélez lo apostó todo al mejoramiento del recobro, mediante técnicas que permitan producir más con menos, en defensa de “la política del Gobierno de mejorar las reservas vía eficiencia en la explotación a través del recobro” . Pero las cifras no le han dado la razón .
Ahora, en momentos en los que el número de taladros activos en el país (110), la cifra más baja desde 2021, cayendo, según la Cámara de servicios petroleros (CAMPETROL), un 26.2%, migrando a otros países como Guyana o Brasil, atraído por la febril actividad petrolera en esos países, se intenta con la estrategia de que ECOPETROL entre a suplir la “inactividad” de las empresas adjudicatarias, contrarrestar la caída en la producción.
En mi concepto, ello puede llegar a amortiguar la caída en la producción pero no a su incremento significativo, de manera que mientras no se firmen nuevos contratos de exploración y producción, como lo están haciendo todos los demás países que cuentan con reservas probables o prospectivas, a Colombia, dadas sus precarias reservas , que solo le alcanzan para 7 años, la va seguir rondando el fantasma de la importación de hidrocarburos, así sea cierto que, como lo afirma el Ministro “ni más contratos garantizan más reservas, ni los mismos menos reservas”.
Lo cierto es que el éxito de la actividad exploratoria es aleatorio, pues se rige por la lógica binaria de cero o uno. Nadie se puede llegar a ganar el baloto si no le apuesta. De manera que mientras más contratos se firmen la probabilidad de un hallazgo es mucho mayor que si no se firman. El Gobierno, en lugar de dar tantas vueltas, debería reconsiderar su negativa a firmarlos. Todo por el bien del país, al fin y al cabo el petróleo sigue siendo el primer renglón de exportación, la principal fuente generadora de divisas y de financiamiento tanto de la Nación como de las entidades territoriales.
Huelga decir que el petróleo que no produzca y exporte Colombia no lo dejarán de consumir en el resto del mundo, otros países lo producirán y exportarán en su lugar. De hecho el año anterior el consumo de crudo en el mundo 1alcanzó un nuevo récord de 101 millones de barriles/día y según su más reciente reporte “se pronostica que el crecimiento de la demanda mundial de petróleo alcanzará un promedio de 1.2 millones de barriles/día” . Es más, contrariamente a las previsiones de la AIE el punto de inflexión y de aplanamiento de la curva de demanda de crudo se está corriendo más allá del 2030. Con razón afirma la columnista de Oilprice.com Tsvetana Paraskova que “una y otra vez el petróleo ha desafiado las expectativas con respecto a los picos. La lógica y la historia sugieren que lo seguirá haciendo” .
DEMANDA EN MILLONES DE BARRILES/DÍA
De manera que las buenas intenciones del gobierno de contribuir a la reducción de las emisiones de GEI para competir el Cambio climático se ven neutralizadas por la contribución a las mismas por parte de otros países. Nos terminamos quedando con el pecado y sin la gracia! Colombia no debe asumir el papel de polizón climático, cruzándose de brazos sin asumir su propia responsabilidad e incumpliendo su compromiso de reducir sus emisiones en un 51% hacia el año 2030, aduciendo que su contribución a las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) no superan el 0.5%, pero tampoco puede pretender asumir el papel de atlas climático con la falsa creencia de que vamos a salvar a la humanidad de los estragos del Cambio climático.
Sabiamente en la 26 Conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio climático (COP 26), que tuvo lugar en 2021 se ratificó el principio de responsabilidad común diferenciada (PRCD) que data desde la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro y la propia Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio climático (CMNUCC) que tuvieron lugar en 1992. Según este principio, “los países que han sido los responsables históricos del calentamiento global deben asumir los costos mayores de la mitigación, adaptación y reparación” . Colombia, entonces, afana más que el dueño de la olla y está siendo más papista que el Papa, apresurándose a darle la espalda a los combustibles fósiles cuando en la más reciente COP 27, que se realizó en noviembre del año pasado se resolvió alejarse de ellos, pero no darle la espalda prematuramente, que es en lo que está empecinado el actual Gobierno, sin reparar en los costos en los que está incurriendo.
Cota, mayo 24 de 2024
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