El 31 de julio de este año, arriba a sus primeros veinte años de existencia la Asociación de Mujeres de La guajira, marcando un hito en la historia de este departamento, que no suele caracterizarse propiamente por la perdurabilidad de este tipo de organizaciones que tanta falta le hacen.
Esta Asociación ha sido pródiga en realizaciones; en el decurso de estas dos décadas, pese a sus altibajos, ha logrado liderar muchas iniciativas, todas ellas plausibles y trascendentales, que le han valido el reconocimiento de propios y de extraños. En ausencia de una organización que luchara por la reivindicación de la mujer, la Asociación de Mujeres de La guajira vino a llenar ese vacío y lo ha hecho muy bien.
De alguna manera la Asociación de Mujeres de La guajira se constituyó en émula de la Asociación de Profesionales de La guajira, en el propósito de despertar la conciencia de lo(a)s guajiro(a)s, aletargada por años de marasmo y todavía bajo el influjo de la década perdida por cuenta de la tristemente célebre “bonanza marimbera” que patasarribió a este departamento para escarnio nuestro. Corrió con mejor suerte la Asociación de Mujeres que la Asociación de Profesionales de La guajira; para fortuna de ella, ha sabido superar los obstáculos y las crisis que la han puesto a prueba a lo largo de estos años. Pero ello sólo puede explicarse por la tenacidad, el coraje y la tozudez de mujeres tan abnegadas como Cilia, Libia, Emilse y Xenia, quienes han sabido llevar la batuta de esta benemérita organización.
Riohacha, enero 15 de 2007
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